Este mal hábito es conocido como onicofagia y puede afectar a personas de cualquier edad. Se da tanto en niños como en personas adultas. La mayoría usan esta costumbre como método para relajarse en momentos de estrés o nerviosismo. Como consecuencia, asocian morderse las uñas con una sensación de tranquilidad.
Morderse las uñas puede dañar nuestra manicura y este problema es ampliamente conocido. Esto se debe a que mordérselas constantemente acaba eliminando la cutícula que las protege. Pero lo que mucha gente no sabe qué esta manía puede afectar a nuestra salud y al estado de nuestros dientes.

Bacterias e infecciones

Al introducir las manos en nuestra boca de forma recurrente corremos el riesgo de que muchas bacterias u hongos provoquen una infección en la boca o en nuestro organismo. Algunos ejemplos comunes de bacterias que pasan de nuestras uñas al cuerpo son los Staphylococcus o la Escherichia Coli.

Desgaste dental

Por otro lado, la presión que se ejerce al morder provoca estrés en los dientes, lo que muchas veces termina con la rotura o el desgaste de las piezas frontales. Un problema todavía más grave para personas con ortodoncia fija, pues podría causar reabsorción radicular o la pérdida de algún diente.
Así mismo, esta presión está también relacionada con afecciones de la mandíbula como el bruxismo o trastornos ATM. Algunas de las molestias que se pueden originar son dolor de cabeza y facial, encías retraídas o sensibilidad dental.

Soluciones

Morderse y comerse las uñas es un problema que debe controlarse desde el principio para evitar que se cronifique. No dudes en pedir ayuda profesional para poner fin a este hábito que puede afectar negativamente a tu salud. Así mismo, si ya se ha producido daño en tus dientes o encías no dudes en acudir a tu clínica Conrado Andrés más cercana para que podamos poner solución al problema. ¡Estamos aquí para ayudarte!