Muchas pastas dentífricas, así como otros productos que usamos inevitablemente de forma diaria, contienen triclosán. Se trata de un potente compuesto químico usado como conservante que nos protege de infecciones bacterianas, por un lado, pero puede resultar dañino para nuestra salud y el medio ambiente, por el otro. De hecho, se encuentra actualmente en el punto de mira del Comité Científico para la Seguridad del Consumidor de la Comisión Europea (SCCS) y de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
Vista esta poderosa cualidad, no resulta extraño que una gran variedad de productos destinados al cuidado e higiene de la boca contengan esta sustancia, efectiva y a veces necesaria contra la placa bacteriana. Sin embargo, los expertos aseguran que dicho compuesto, además de sus luces, tiene también sombras bastante espesas.

La pregunta que nos planteamos de manera casi espontánea es: ¿puede envenenarme el dentífrico? La concentración máxima de este químico permitida por la Unión Europea es del 0,3% para la pasta de dientes y otros productos cosméticos, como jabones de manos o desodorantes, y del 0,2% para los enjuagues bucales. Se trata de medidas que, garantizan un nivel seguro para la salud.
El problema surge cuando algunos investigadores señalan que la concentración de esta sustancia química se acumula hasta superar con creces los niveles recomendados, o al menos así lo alerta un estudio elaborado por químicos ambientales de la Universidad de Massachussets Amherst, y publicado en Environmental Science & Technology.

Principales consecuencias de la acumulación de Triclosán en nuestro cepillo de dientes

Los autores de la investigación subrayan que la exposición prolongada al triclosán puede alterar las hormonas, concretamente la tiroides y los estrógenos. Por desgracia no termina todo aquí; la exposición al triclosán persiste a las dos semanas de haber cambiado a un dentífrico sin esta sustancia.
De momento, no está claro que suponga un peligro para la salud, pero tampoco lo contrario. En la actualidad los estudios son insuficientes; aunque hay investigaciones en animales que demuestran que la exposición a elevadas dosis de este químico provoca una disminución en los niveles de ciertas hormonas tiroideas, responsables de regular el metabolismo, todavía falta confirmarlo en humanos.

En Conrado Andrés te explicamos qué hacer

La clave está en usar la pasta de dientes con triclosán solo cuando sea necesaria según prescripción del médico o el odontólogo, y dejarla cuando se haya pasado la infección o el riesgo de tenerla.
Tras haber revisado las pastas de dientes que se usan habitualmente y, tras haber analizado su composición, podemos concluir que los productos que más contienen esta sustancia son las que están etiquetadas como ‘acción total’ o similares. Estos dentífricos contienen alrededor del 0,3%, que, si no se ingiere, no supone un peligro para la salud (siempre sin abusar).
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